Albert Turull explica el origen de los nombres de las comarcas de Ponent.

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Lleida - Francesc Guillaumet  2007-12-23

Coromines utilizó diversas hipótesis para explicar el origen de topónimos como Balaguer o Cervera, unas poblaciones que según el profesor de la UdL Albert Turull se remiten a la planta del bálaco, en el caso de Balaguer, y al ciervo en la capital de la Segarra. Estas son algunas de las explicaciones que da Albert Turull en La toponímia de les comarques de Ponent. Un assaig d’interpretació tipològica, un libro publicado por el Institut d’Estudis Catalans basado en la tesis doctoral del filólogo de la Segarra.



La obra, que ganó el Premi Joan Coromines de Lexicografia I Onomàstica en 2002, incluye un extenso volumen en el que se explica la metodología y las hipótesis formuladas sobre casi 2.300 nombres de lugar de seis comarcas de Ponent (El Segrià, la Noguera, la Segarra, el Pla d’Urgell, l’Urgell y les Garrigues). En este volumen, que se corresponde también con el primer libro de su tesis doctoral, se aporta también diversa información relacionada con el motivo al que remite cada nombre y el origen prerománico, árabe o catalán de cada topónimo.
Además de estudiar los nombres de lugar de todas las poblaciones de las comarcas de Ponent –municipios y agregados– Turull también se adentra en los nombres de ríos, fuentes, montañas y las partidas de cada población.
La información relacionada con el origen de los nombres –que corresponde al tercer y cuarto volumen de su tesis doctoral– se publica en un CD-Rom que se distribuye junto al libro, de manera que los lectores pueden encontrar toda la información relacionada con su municipio a través de este formato. Para elaborar esta obra, Turull parte de la base del Onomasticon Cataloniae de Joan Coromines, aunque cuando no comparte las hipótesis que da el insigne filólogo propone sus propias teorías.
Entre los nombres que estudia Turull figuran términos como Montmaneu, la montaña más alta del Segrià cuyo origen se remonta al nombre propio germánico Manel. En el caso del Montsec o el Montroig, el filólogo explica que el nombre define las características propias del terreno, mientras que en términos como el río Cercavins el topónimo explica que el río discurre por las abundantes viñas que se encuentran en las comarcas por las que pasa este río.
En otros casos, como Artesa o Lleida, Turull recuerda que se trata de nombres pre-románicos que nos llegan a través del latín pero que no se pueden explicar al no conocer la lengua ibérica.